La mejor medida para correguir la fimosis es la circuncisión. Esta consiste en la remoción quirúrgica de la piel del prepucio que recubre el glande, la cabeza del miembro viril.
La circunción junto a una higiene adecuada del glande lo protegerá de la proliferación bacteriana de la zona, reduciendo la aparición de peligrosas infecciones pediátricas.
Si la fimosis no se corrige luego de cumplir 3 años, puede asociarse a otras patologías, como infección urinaria, comunmente en lactantes menores de 1 año; a la infección bacteriana del prepucio (balanitis), enrojecimiento y secreción purulenta; y , en casos extremos, la parafimosis, que consiste en la retracción forzada y permanente del prepucio.