Un problema común es conservar los alimentos de tu bebé antes y después de cocinarlos. Y más cuando hoy en día es más complicado coordinar horarios, pues con el trabajo, el hogar y la escuela, la hora de la comida puede variar de un momento a otro. Y no sólo son cambiantes nuestras rutinas, sino también los horarios que dedicamos a preparar platos que sean sanos y divertidos para nuestros hijos. En ocasiones podemos hacerlo la noche antes o inclusive cualquier día previo.
Los distintos tipos de reacciones químicas que involucran calor al cocinar, hornear o el simple hecho de tostar un pedazo de pan, cambian la estructura molecular de cada alimento, interfiriendo no sólo en su color, sabor o textura, sino en su tiempo de vida. Por ello es importante considerar algunos factores básicos que intervienen en este proceso:
- Alimentos congelados. Es importante descongelarlos antes de usarlos para cocinar, puedes hacerlo ubicándolos en los cajones inferiores del refrigerador, horas antes de prepararlos, introduciéndolos en agua fría o en el microondas, ya que de otro modo es posible que se contaminen de bacterias.
- ¿Cómo guardarlos? Si te ha sobrado comida o la has preparado con anticipación, es conveniente conservarla en recipientes limpios y bien cerrados, pues así no perderán su frescura ni sabor.
- Temperatura adecuada para mantenerlos. Es importante dejar enfriar los alimentos antes de meterlos al refrigerador, lo recomendable es hacerlo a temperatura ambiente. Esto debido a que los grados de calor elevan la temperatura del interior del refrigerador, lo que aumenta el riesgo de contaminar otros productos.
- ¿Cómo separar los alimentos? Otra recomendación es no colocar comida preparada y cruda en un mismo sitio, es decir, debes separar unos alimentos de otros, ya sea colocándolos en distintos sitios o divisiones de tu refrigerador a fin de evitar que se transmitan gérmenes de uno a otro.
Estos sencillos consejos te facilitarán aún más tus actividades al cocinar, pues te permitirán de forma práctica mantenerlos en el mejor estado, conservando tanto la consistencia como el sabor.