Más del 60% del cuerpo de tu bebé está compuesto de agua. La pérdida excesiva de este componente podría causar la deshidratación.
Sin embargo, esta enfermedad no solo causa la pérdida de agua, también de electrólitos, como el sodio, potasio, cloro y calcio, que ayudarán a mantener un equilibrio entre el interior de las células y el ambiente del tejido que las rodea.
Si tu niño pierde más electrólitos que agua, tendrá una deshidratación hipotónica. Caso contrario, la deshidratación será de tipo hipertónica. En ambas situaciones debes tener cuidado.