Es normal desde los 3 a 6 meses de edad que tu niño tenga regurgitaciones. Si pasado ese tiempo, el malestar se hace continuo acude inmediatamente a tu médico para que realice un diagnóstico.
El especialista realizará las siguientes evaluaciones:
- Exámenes radiológicos con papilla de contraste
- Visualización directa por endoscopia
- Estudios manométricos
- El método «ph-metría esofágica»: El más preciso de todos, pues tiene una sonda capaz de medir el ph o acidez en el esófago del niño y determinar la frecuencia y duración de los episodios de sus reflujos.